miércoles, 19 de agosto de 2009

Diane Arbus o la imagen de los Malditos



Creo que es indispensable acercarse a la figura de Diane Arbus para comprender en cierta manera, cómo el horror cotidiando se ha convertido en un elemento más del consumo de masas. La estética de la fealdad, lo horrendo y lo deforme ha sido caldo de cultivo para cientos, miles, de producciones cinematográficas. Es más, podríamos incluso afirmar, que de lo feo surge el horror, y viceversa.

Todos, si nombro 'Freaks', imaginamos esos seres deformes que Browning llevó a la pantalla. Pero ésta fotógrada pionera, 'Freaks', era la realidad...



Diane Nemerov, miembro de la clase alta de Nueva York, tuvo una infacia sobreprotegida, ideal. Se casa con Allan Arbus, que la introduce en el mundo de la fotografía,a través de su trabajo como fotógrafo de guerra. El auge del fotoperiodismo por aquel entonces provoca en Arbus una atracción irresistible a capturar el instante y su esencia.

Madre de dos hijos, Diane Arbus trataba de mantenerse en los parámetros de madre normal, pero muy dentro hervían depresiones y miedos que hacían blanco en sus nervios. Su trabajo fotográfico para ese entonces era rutinario y sin ningún rasgo estético sobresaliente. Era el año de 1958. La fecha es importante debido a que es a partir de ese año que su trabajo sufrirá un viraje radical a partir de su asistencia a las clases de Lisette Model.

Ese fue el punto de inflexión que Arbus necesitaba...



Eran fotos en blanco y negro que trabajan exhaustivamente la luz y las sombras, no obstante los personajes retratados eran tan impactantes que el espectador se fijaba muy poco en la calidad. Algo de morbo amarillista tenían estas fotos de Arbus. Sus modelos eran vagos, borrachines, fenómenos de circo, nudistas, prostitutas, travestidos, parejas de barriadas pobres, retardados, niños especiales, gemelos, enanos, gigantes, locos y de la más variada alcurnia como un hombre de Oklahoma que se autoproclamaba como heredero supremo del trono del Imperio Bizantino.



Diane Arbus explica un poco su relación con estos personajes: “Los monstruos eran una cuestión que yo fotografié mucho. Fue una de los primeros motivos que fotografié y poseía un tipo de excitación terrorífica para mí. Yo empecé como a quererlos. Todavía hoy aprecio y quiero a mucho de ellos. Yo realmente no quiero aseverar que ellos son en sí mis amigos, sino más bien que ellos me hicieron sentir una mezcla de vergüenza y temor. Hay una cantidad de leyenda sobre los monstruos. Todo para ellos sucede como en un cuento de hadas. Los monstruos nacieron con su trauma. Ellos ya han pasado su prueba en la vida. Ellos son aristócratas”.



La película de Tod Browning, Freaks, fue importante en su trabajo. Patricia Bosworth escribe: Se llevó a Diane a ver Freaks, la película de Tod Browning, de 1932; Dan Talbot la había reestrenado en el New Yorker Theatre, del Upper West Side, que era de su propiedad. La película cautivó a Diane, porque los monstruos no eran imaginarios sino reales, y esos seres —enanos, idiotas, contrahechos— siempre habían sido para ella motivo de atracción, de reto y de terror, porque constituían un desafío a muchas convenciones. A veces, Diane pensaba que su terror estaba vinculado a algo que yacía en lo más profundo de su subconsciente. Cuando contemplaba el esqueleto humano o la mujer barbuda pensaba en un ser oscuro y antinatural que llevaba oculto dentro de sí misma.



En su infancia le habían prohibido que mirara todo lo que fuera “anormal”: un albino con los ojos rosa a medio cerrar, un bebé con labio leporino o una mujer gorda como un globo debido a alguna misteriosa deficiencia glandular. Como se lo habían prohibido, Diane los miraba con más atención, y desarrolló una profunda simpatía por toda rareza humana. Esas criaturas extrañas habían tenido madres normales, pero habían salido del útero alterados por una misteriosa fuerza que no llegaba a comprender”.



En 1967 se inaugura la muestra “New Sensations” y los retratos de freaks cazados por Diane provocan distintas reacciones. Algunos rechazan las fotos de manera rotunda, otros subrayan su tono decadente y de mal gusto. Los espectadores más atentos saben que se encuentran ante una fotógrafa inusual. Por esos años revistas como Harper’s Bazar y Esquire le encargan una serie de retratos de escritores, actores, actrices y poetas. Por su lente desfilan Norman Mailer, Mae West, Borges.

Arbus se convirtió en una fotógrafa de culto y su trabajo era respetado y admirado por fotógrafos de la talla de Avedon y Walter Evans. Por otro lado su vida, tan convulsa y deforme como los personajes de sus fotos, formaba ya parte de su mitología.



Vestía de manera descuidada y en ocasiones hasta lamentable. Duraba semanas con una misma ropa. Su vida sexual era agitada y en grado sumo promiscua (Patricia Bosworth señala en la biografía que Diane se convirtió a sí misma en una exhibicionista y se masturbaba con las ventanas abiertas a sabiendas de que los vecinos pudiesen estar observándola).Se acostaba indistintamente con hombres y mujeres. Hasta se aseguraba que en algunas oportunidades tuvo sexo con muchos de los monstruos a los cuales retrató. Fue especialista en fotografiar orgías. Las depresiones se hicieron más frecuentes. A pesar de que su reputación de artista siempre fue ascendente su situación económica fue precaria. La razón era que recibía contados encargos y muchas de sus fotos, donde dejaba el alma, despertaban todas las admiraciones posibles, pero las revistas tenían cierto prurito en publicarlas.

Un 27 de julio Diane Arbus se suicidó. Se había cortado las venas. Además presentaba los síntomas característicos de una sobredosis de pastillas para dormir...pero sus monstruos reales no murieron con ella, y traspasaron el papel fotográfico para adentrarse en nuestros sueños y nuestras vidas. Por que para Arbus, los monstruos son los que miran con horror al horror.

**He realizado para ilustrar el post una comparativa entre fotografías de Arbus e imágenes de 'Freaks' de Browning, para ilustrar el paralelismo tan potente que la fotógrafa simbiotizó con el filme y con toda su esencia.

3 comentarios:

  1. Todo aquel que me conozca sabe mi total devoción hacia Browning y, especialmente, hacía "Freaks" "The Unknown", dos obras en las que muestra un enorme respeto por aquellas personas que representan uno de los temores más humanos, no son vampiros, zombies, o cualquier producto de imaginaciones ajenas, ni mucho menos, son reales cómo la vida misma y podrían estar sentados a tu lado en el autobús. Cómo ya comenté en la ficha de "Freaks" del facebook de TOXCIVISION, es terror en estado puro, a lo desconocido, a dejar nuestars acomodadas vidas para enfrentarnos a aquello que la sociedad rechaza y Browning toma partido por el oprimido.

    Diane Arbus toma el testigo que el propio Browning había llevado con orgullo y, a su vez, y de un modo retorcido había tomado de Caravaggio!!

    Congratulations!!!

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  2. Mientras leía el estupendo post recordaba 'An Imaginary Portrait of Diane Arbus' (2006) de Steven Shainberg. Creo que el filme era demasiado recatado en su exposición y algo endeble en general. Me ha parecido muy acertado el montaje fotográfico. Respecto al monstruario y esa fascinación por el freak de la sociedad Victoriana británica, esto es una reflexión paralela, he pensado de inmediato en el estupendo ensayo historiográfico de Michael Howell y Peter Ford, 'La verdaera historia del Hombre Elefante'. Felicidades por el artículo.

    Luis R.

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  3. Buen trabajo documental sobre estas personas.

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